Sexting (contracción de sex y texting) es un anglicismo de nuevo cuño para referirse al envío de contenidos eróticos o pornográficos por medio de teléfonos móviles. Comenzó haciendo referencia al envío de SMS de naturaleza sexual. No sostiene ninguna relación y no se debe confundir el envió de vídeos de índole pornográfico con el termino "Sexting". Es una práctica común entre jóvenes, y cada vez más entre adolescentes.1 También se usa en castellano sexteo.
Con la finalidad de evitar que esta práctica continúe en ascenso existen una serie de guías en las que se señala qué hacer para frenar su producción y detener su transmisión
Entre las recomendaciones que existen, destacan tres reglas básicas en las que todas y cada una de las guías coinciden:
No Producirlo
No Retransmitirlo
Al recibir una imagen explícita por medio de un dispositivo móvil o correo electrónico, se recomienda no volver a compartirla pues sólo de esta manera se detiene la cadena de transmisión que le precede.
No basta con detener su producción y transmisión, para prevenir el aumento del sexting es importante no provocarlo, es decir, evitar solicitar el envío de imágenes explicitas pues no se sabe en dónde podrán parar.