El buen momento por el que atraviesa la ingeniería en general, gracias a la revolución industrial 4.0 tan extendida en muchas regiones del mundo, no ha sido ajeno a Colombia. La sociedad apenas se está adaptando a las características de un nuevo modelo de producción económico: la producción digital, el uso estratégico de datos, el uso de la internet y de las tecnologías de control y de automatización que implican la cuarta revolución industrial. Y en ese panorama tan prometedor, el programa de Ingeniería Industrial de la Universidad Libre gana cada vez mayor prestigio y campo de acción.
La Ingeniería Industrial, en su mejor momento
Son varias las ventajas de estudiar este programa en la Universidad Libre: doble titulación, una segunda lengua y rápido enganche laboral.
Es el cuarto programa en con mayor ubicación laboral, según el Observatorio Laboral del Ministerio de Educación.
El programa se preocupa por la formación de profesionales con las mayores competencias y habilidades que se encargan de mejorar los procesos de producción aplicables por igual a una gran factoría como a una fábrica familiar. El mejor ejemplo de esa optimización es el gigante tecnológico Apple: Steve Jobs fue el genio que creó los equipos más sofisticados, pero fue el Ingeniero Industrial Timothy Donald Cook, su actual director, quien lideró el proceso para hacerlos asequibles a la masa crítica.
“La ingeniería en general es el área del conocimiento más social que puede existir porque toca directamente la calidad de vida de las personas y el desarrollo económico del país. Y en ese marco la Ingeniería Industrial es la encargada de mejorar los sistemas de producción, las redes de conocimiento, de logística, de prestación de bienes y servicios partiendo del uso más eficiente de los recursos disponibles, incluyendo las habilidades y el talento humano”, explica Andrés Guarín Salinas, director del programa de Ingeniería Industrial de la Universidad Libre, Seccional Bogotá.
Un momento clave
Haciendo un poco de historia, la Ingeniería Industrial ha tenido tres momentos clave: a comienzos del siglo XX con la revolución industrial derivada del uso automotriz.
Luego, ya en este siglo, con la llamada manufactura deslocalizada: producción de componentes en diferentes partes, y más recientemente la manufactura aditiva, de ensamble.
Es por ello que el profesor Guarín Salinas no duda en que la Ingeniería en general vive su mejor momento, razón por la cual la Universidad Libre ha mantenido esa impronta de impulso al desarrollo del país, primero con la Ingeniería Metalúrgica y ahora con la Industrial.
Estamos en la era de la Revolución Industrial 4.0, y nosotros tenemos una tradición de formación en Ingenierías de más de 40 años. Tenemos cerca de 3.500 egresados en Ingeniería Industrial, muy bien posicionados en grandes empresas y factorías que nos llaman a pedirnos practicantes porque saben de la calidad de nuestra formación, pero a veces no tenemos estudiantes disponibles”, agrega el catedrático.
Doble titulación
Son varias las ventajas que recibe el estudiante de Ingeniería Industrial en la Universidad Libre. Además de formación de alta calidad, la Institución es pionera en el proceso de doble titulación gracias a convenios con Francia y otros países de Europa y América Latina, y la formación en un segundo idioma.
“Un ejemplo: tenemos convenio con Francia donde el modelo es muy humanista, muy similar al nuestro. El estudiante no tiene que pagar nada adicional salvo sus gastos de viaje y estadía. Aquí paga los gastos de matrícula. Muchos han tenido la oportunidad de quedarse a trabajar en Europa”, dice el director del Programa.
Para tener en cuenta
“Son aspectos que deben tener en cuenta las familias: Nosotros somos el cuarto programa en ubicación laboral, según el Observatorio Laboral del Ministerio de Educación. Tenemos énfasis en investigación, doble titulación, una segunda lengua, contamos con planta de profesores con formación doctoral y de alto nivel. La Universidad presta asesoría al estudiante en los procesos de financiación con el Icetex y la red bancaria”, concluye el Ingeniero Andrés Guarín Salinas.
