El 3 de abril de 1973, Martin Cooper salió del hotel Hilton en Nueva York para detenerse en la acera y tomar en su mano algo que parecía un ladrillo computarizado. Jaló una antena e hizo los ajustes pertinentes, inmediatamente marcó un número. "Joel, es Marty. Estoy llamando desde un teléfono celular, un verdadero teléfono móvil, de mano y portable". Cooper hizo historia al realizar la primera llamada desde un teléfono celular, al mismo tiempo de vencer a su competidor.
Desde la década de los 30, Cooper dedicó su vida a la telefonía. Su imaginación detonada por la ciencia ficción lo concentró en hacer de la tecnología algo completamente personal. "Quería crear algo que pudiera representar un individuo, es decir, que permitiera asignar un número no a un escritorio, ni a un hogar, sino a una persona”, recuerda el inventor para la BBC. A 40 años de esa llamada, el entonces ingeniero técnico de Motorola había cumplido la meta más deseada en su vida.
La creación del celular fue cosa de una carrera tecnológica entre Cooper y Joel S. Engel, ingeniero de Bell Labs (ahora AT&T). Motorola había creado el DynaTAC, un artefacto de más de un kilogramo de peso y 25 centímetros de longitud. La evolución del invento hasta nuestros días, dista de lo que alguna vez imaginó. "Teníamos una visión de que los celulares llegarían a ser algún día tan pequeños que podrían colgarse de la oreja o incluso colocarse como un dispositivo bajo la piel".
Como en el mundo ficticio de 2063, donde se teletransportan gracias a un pequeño aparato. Cooper se había inspirado de Star Trek para formular su creación. En 1966, el comunicador de James T. Kirk apreció por primera vez en la serie televisiva. Diseñado por Wah Chang, el que parece un teléfono de folder negro y botonería rústica, se quedó para bien en la mente del inventor.
Tras la hazaña de la primera llamada, tuvieron que pasar exactamente diez años para que el primer teléfono celular llegara al mercado. Motorola al haber ganado algunas patentes y el permiso de explotación de las redes celulares, lanzó la evolución del primer armatoste, el DynaTAC 8000X con un precio de cuatro mil dólares. Aunque fuera lenta la adopción, la gente podía hacer y recibir llamadas desde su línea personal. Aquellos que podían acceder a este servicio eran individuos de gran importancia, pero con la popularidad y la paulatina bajada de costos, cada vez eran más quienes se maravillaban de la movilidad.
La mente de Cooper no alcanzó a imaginar lo que seguiría: la creación de los mensajes de texto, el correo electrónico e Internet y los smartphones. El celular renacía con la implementación de estos elementos, siendo el más destacable, la presentación del iPhone de Apple en 2007.
Dos mil trece parece el epítome de una gran aportación a la humanidad, la sociedad ha adoptado al celular como uno de los objetos más íntimos. "Me da enorme placer pensar que he tenido algún impacto en la vida de las personas, porque estos aparatos mejoran la vida. Entre otras cosas, promueven la creatividad y hacen que las personas se sientan seguras". Lo que pueden realizar en la contidianeidad sobrepasa la más grande historia de fantasía, una realidad gracias al ingenio de Martin Cooper.
