Con un enorme mural del artista Rojor y otros artistas recluidos en la cárcel La Badea, la estudiante Unilibrista de Trabajo Social, Valentina Cárdenas Téllez pone el arte y la estética como elemento de intervención social articulador de casi 400 personas vulnerables, marginadas y en condición privativa de la libertad.
En su proceso, desarrolla la propuesta de intervención denominada “Somos Uno”; la cual nace como respuesta a los programas de integración social de grupos con condiciones excepcionales y atención a la población perteneciente a los sectores LGBTI del INPEC, en otros términos, la población que fuera de los muros y rejas de los establecimientos penitenciarios, es conocida como población en condición de vulnerabilidad.
En el proceso participaron personas afrocolombianas, indígenas, adultos mayores, extranjeros, personas con discapacidad, comunidad LGBTI y madres gestantes y lactantes.
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